Escuela infantil Sabina

La comunidad educativa de la EIP Sabina, compuesta por la dirección del centro, el profesorado y el AMPA, han promovido diversas iniciativas y proyectos entorno a los espacios de la escuela y sus usos; desde esta experiencia ha surgido la necesidad de aplicar unos cambios y transformar los espacios exteriores del centro.

Se detecta falta de vegetación, de sombra y de lugares donde los niños puedan entrar en contacto con la naturaleza, con texturas diversas y tener experiencias imprescindibles en esta etapa de desarrollo (0-3 años). También los patios interiores, a los cuales se accede directamente desde las aulas y que por esta razón están habitados la mayor parte del tiempo de permanencia de los niños en el centro, resultan muy alargados y estrechos, sin contacto con ningún tipo de vegetación y presentan suelos planos e impermeables (en mayor parte caucho o hormigón), produciendo una sensación térmica extrema en primavera y verano.
El espacio exterior actualmente se presenta muy duro y poco acondicionado, generando una situación de incomodidad para niños y niñas y el equipo que los acompaña.

Después de un período de análisis, concienciación e implementación de iniciativas que han permitido la reflexión alrededor del espacio exterior, el colectivo de arquitectos El globus vermell (a través del programa Patios x Clima apoyado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico) recoge el testigo del trabajo realizado y redacta el presente proyecto de renaturalización y adecuación del espacio exterior de la escuela.

El proyecto quiere dar respuesta a la necesidad de espacios más adecuados a las líneas pedagógicas del centro, específicamente enfocadas en el diseño de espacios que propicien la curiosidad, el impulso de inventar nuevas experiencias y en la libre circulación. La propuesta pasa por la adecuación de diferentes zonas, transformando el espacio exterior en un espacio de aprendizaje y de experimentación, creando topografías donde se dé el desarrollo psicomotriz y con la creación de un jardín comestible ofrecer la oportunidad de experimentar los procesos biológicos de la naturaleza.
Por otro lado, el proyecto aporta unas calidades que pretenden que toda la comunidad educativa pueda disfrutar de un espacio al aire libre verde, fresco, natural, biodiverso y vivo, convertido, gracias a la introducción de la naturaleza, en un sistema regenerativo y refugio urbano para los seres del sistema, cada vez más necesario ante las características climatológicas y ambientales que el cambio climático está agravando en nuestras ciudades.

Lugar Escuela infantil Sabina, Madrid
Dirigido a comunidad educativa
Conductores arquitectos de El globus vermell